Continuando con la "saga" de posts dedicados a errores u omisiones frecuentes en los trabajos de neuromarketing, aunque también son frecuentes en estudios que no aplican las neurociencias, me gustaría hablar de algo que no siempre es posible, pero que cuando lo es, es imprescindible estudiarla. Me estoy refiriendo a la competencia.
Supongamos que estamos haciendo un estudio para ver cómo conecta una serie de televisión con el espectador. Estudio en el que perfectamente se puede aplicar neuromarketing, de hecho se hace. Habitualmente se suele usar EEG, GSR e incluso eye-tracking, herramientas de las que ya hemos hablado. Lógicamente todas combinadas.
Supongamos también, que el estudio es sobre una serie que estrenará en prime-time y los resultados del estudio son más que alentadores. ¿Éxito seguro? Evidentemente no, porque mediante el estudio hemos comprobado que el film en cuestión conecta muy bien con los televidentes, pero nadie nos dice que la competencia vaya a estrenar otra el mismo día que conecte igual o mejor que esta.
En este ejemplo no es posible estudiar la competencia porque, lógicamente, esta no nos va a facilitar su serie estrella para que la estudiemos junto a la nuestra. Este sería uno de esos casos donde no se puede estudiar a quien competimos.
Sin embargo, es muy frecuente situaciones en la que la competencia sí que se conoce e igualmente la ignoramos. Si estamos haciendo un remake de nuestra imagen, de nuestra web, o del packaging de nuestro producto, sí que conocemos la imagen de la competencia, su web o cómo es el envase de los productos que van a competir con el nuestro. Ignorar a los demás, en estos casos, es hacer menos efectivo el estudio, simplemente por una omisión (¡y qué omisión!)
Desgraciadamente, esto es muy frecuente. Y claro, por muy bien que conectemos con nuestro target, puede ser que la competencia conecte aún mejor. Con lo que el estudio que estamos haciendo no sirve de nada en la vida real. Estaremos haciendo trabajos que, estudien lo que estudien, lo hacen en circunstancias irreales.
Siempre competimos con alguien. Obviamente, como en el ejemplo de las series, habrá casos en los que no se pueda. Pero siempre que sea posible, ignorar este aspecto es hacer un estudio menos eficaz porque sí. Nuestro producto nunca compite solo y estudiar cómo conecta con el consumidor, sin estudiar cómo conecta con él comparado con el de la competencia es hacer un estudio en unas condiciones imaginarias y, por tanto, un estudio ya poco efectivo antes siquiera de comenzarlo.
¿Seguimos hablando en Twitter? @joseruizpardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario