miércoles, 23 de mayo de 2018

Neuromarketing y la marca destino turístico


Entendemos por neuromarketing la aplicación de técnicas y herramientas que originalmente tuvieron su origen en el mundo de las neurociencias al estudio del comportamiento del comportamiento del consumidor y su aplicación a las empresas, proporcionando información de cómo reacciona el potencial cliente ante productos, imágenes corporativas, web o cualquier elemento que pueda ser susceptible de relacionarse directa o indirectamente con el cliente en cualquiera de las fases de la venta.

Cuando es una empresa la que trata de rentabilizar al máximo su inversión, descubrir qué puede hacer o mejorar para que el cliente valore más su producto que el del competidor es vital. Pero cuando se trata de administraciones públicas, éstas no suelen ver tan clara la ventaja de invertir en este tipo de trabajo. Lo más que suelen hacer es hacerlo en estudios de mercado tradicionales, pero, curiosamente, más que usar el conocimiento que se deriva de esos datos para seguir mejorando, suelen hacerlo para exhibir cifras que demuestran que las políticas que se han llevado a cabo han sido las adecuadas. Más que para mejorar, se usan como herramienta para argumentar ante la ciudadanía.

Quizá sea por eso que pocas administraciones públicas, por no decir casi ninguna en relación con otras técnicas de investigación de mercado, han invertido en estudios de neuromarketing, aunque esta tendencia parece estar cambiando, especialmente en lo que se refiere al sector turístico.

El turismo es uno de los motores de la economía de nuestro país. En tiempos de crisis en los que todo parecía venirse abajo y prácticamente ningún sector tenía números positivos, el turismo se mantenía como uno de los pilares más sólidos de nuestra economía. Quizá este hecho es el que ha logrado que las administraciones públicas en nuestro país hayan visto que cada euro bien invertido en turismo devuelve más del triple a la economía, lo que hace que ahora, que parece que nos estamos recuperando y, por tanto, aumentando la recaudación se comienza a invertir en trabajos como estudios de neuromarketing, hasta ahora prácticamente inexistentes (en comparación con el resto) por parte de organismos y empresas públicas.

Uno de los trabajos que comienzan a estar más demandados son los estudios de percepción de marca destino con neuromarketing. Para ser efectivos en la promoción de un destino es imprescindible, además de dar a conocer la oferta turística a su potencial visitando, la percepción que éste tiene sobre el destino. Son un tipo de trabajo en laboratorio en el que se monitoriza una muestra representativa de potenciales turistas con cascos NIRS, eye-tracking, galvanometría y pulsómetros, mientras se muestras imágenes del destino, el logo de la marca o cualquier elemento a estudiar con imágenes y vídeos que evocan en los participantes determinadas sensaciones. La prueba se realiza en dos fases, una primera en el que se mide cómo reaccionan los potenciales visitantes ante determinadas imágenes y luego se comparan con lo que perciben esas mismas personas ante cualquier elemento de la marca destino o imágenes del lugar propiamente dicho.

Así se obtiene una medida objetiva de lo que perciben los potenciales visitantes cuando ven u oyen el destino, incluso con qué sensaciones lo relacionan. Información tremendamente útil para saber cómo orientar una campaña para atraer visitantes o para cambiar la percepción que se tenga sobre el destino, en definitiva, sacarle aún más partido a cada euro invertido. No está nada mal que las administraciones públicas inviertan en cómo hacer que rinda más y mejor cada euro del ciudadano.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Neuromarketing y los envases de productos en alimentación


No creo que a estas alturas a nadie le quepa la más mínima duda de que el packaging es casi tan importante como el producto que contiene. Está claro que un mal producto con un buen envoltorio podrá hacer ventas, pero fidelizará poco, pero también un buen producto con un mal packaging venderá mucho menos de lo potencialmente podría. El tándem producto packaging puede ser clave para vender o arruinarse.

Cuando hablamos del sector alimentación, especialmente en la charcutería envasada, muchas marcas plantean la misma duda. Si el envase no es transparente, no se ve realmente la calidad del producto que hay en el interior. Pero si el diseño del envase no es lo suficientemente atractivo, es fácil que la competencia destaque más en los lineales y, por tanto, se lleven más tajada del pastel. Por eso, muchos apuestan por envases mixtos, que son por un lado transparentes o semi-transparentes, con otra cara opaca donde se imprime el diseño además de los textos y símbolos que obliga la ley. De este modo consiguen que se vea el producto a la vez que se destaca en el lineal.

Aunque la anterior es la solución más común adoptada por la mayoría de marcas, no quiere decir que sea la mejor. De hecho, es la más usada más porque se copian unos a otros que porque realmente se haya investigado para llegar a esa conclusión. Por eso, pese a que esta práctica está muy extendida entre todos, estudiar cuál es el packaging ideal sigue siendo algo que preocupa a todo el sector. Precisamente una de estas marcas, recientemente hizo un trabajo en el que con cascos NIRS, eye-tracking, galvanometría y medición del ritmo cardíaco para estudiar la reacción de los clientes ante los envases, llegando a una conclusión curiosa.

Cuando en la tapa se imprime una fotografía del producto y el cliente abre el envase, éste compara la imagen impresa con el producto real. Sin embargo, aunque parte posterior es transparente y podría hacer dicha comparación antes de comprar, no suele hacerlo. Es más,  la mayor parte de la muestra de más de doscientos clientes entre 35 y 45 años (target de este producto) ni siquiera miraba la parte de atrás del envase que permitía ver el interior y solo lo hacían cuando abrían la tapa.

Una prueba más de que a veces algo es tendencia en un sector, no porque sea lo ideal, sino porque alguien lo hizo alguna vez, incluso cuando lo hizo a lo mejor fue útil, pero dejó de serlo y todos continúan haciéndolo por imitación sin plantearse si es o no adecuado. Que lo haga todo el mundo, no significa que sea lo mejor, a veces lo que ocurre es que todos se copian muy bien entre ellos.