miércoles, 22 de mayo de 2019

Neuromarketing y la resistencia al cambio


Esta quincena no voy a dedicar el post a un estudio de neuromarketing o a nada relacionado directamente con alguno, sino a un tema que, aunque más transversal, también es fundamental en esta apasionante disciplina.

Hace unas semanas tenía lugar, como cada año, un encuentro de empresas consultoras e institutos de investigación de mercado. Un foro donde hay empresas de neuromarketing, pero también consultoras de las diversas facetas que afectan a una empresa o empresas que hacen estudios de mercado con técnicas tradicionales, además de empresas de neuromarketing que, entre otras, también prestamos servicios a estos Institutos de investigación de forma que estas empresas ven ampliada su cartera de técnicas de investigación con todas las que aporta el neuromarketing.

Este encuentro pretende ser un foro donde establecer sinergias, pero también con el que poder analizar el futuro de la consultoría y la investigación de mercados, para así poder colaborar entre todos en poder anticiparnos al mismo.

Para poder hablar del futuro, es importante tener claro cuáles son las dificultades del presente, solo así se puede construir algo mejor que lo que tenemos. Por eso esta jornada suele tener alguna mesa de reflexión en torno a las dificultades que solemos tener con nuestros clientes.

Vengo acudiendo a estas jornadas cada año desde hace cinco, esta ha sido mi sexta participación. Y me llama la atención cómo siempre, sobre esta mesa, está el mismo tema: la resistencia al cambio.

Ya sea a una consultora, a una empresa de estudios de mercado tradicional o a una de las que nos dedicamos a hacerlo con neuromarketing, nos quejamos siempre de lo mismo. Entregamos estudios rigurosos, tanto en su metodología como en su análisis, ofrecemos una imagen real de lo que el consumidor quiere, pero en la inmensa mayoría de los casos dichas conclusiones son ignoradas y todo sigue siendo igual que antes.

Como ya apunté en el encuentro, si después de seis años seguimos teniendo la misma dificultad, obviamente, algo hay por parte nuestra que no hacemos bien. Cuando una empresa invierte una cantidad x en obtener un conocimiento, no es lógico que dicho conocimiento se arroje a la basura. Si bien es cierto que muchas empresas usan estos trabajos para que un departamento le argumente a otro por qué lleva razón en su planteamiento, sobre todo en las grandes, aunque el departamento que encarga el trabajo no es el que tiene que implementar los cambios, no toda la responsabilidad debe descansar sobre el cliente, del mismo modo que en una relación del tipo que sea todos los problemas no pueden estar únicamente en uno de sus miembros.

Al margen de la autocrítica, que es más que necesaria, sí que es cierto que muchas veces tenemos delante datos que nos indican que debemos afrontar cambios, pero esperamos a hacerlos hasta que ya no queda más remedio, bien porque la vorágine del día a día nos consume, o bien porque directamente confiamos en que esos cambios nos van a afectar menos de lo que luego nos afecta. En resumen, unos porque pensamos que con dar la información es suficiente  y otros porque  creen  que  no será para tanto, al final, nos  sigue pasando lo de siempre, es el cambio el que  nos sobreviene y no nosotros los que  lo gestionamos.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Neuromarketing y las líneas de la carretera


Aunque ese sea su propósito principal, no siempre van a servir las herramientas de neuromarketing para estudiar la conducta del consumidor. En otras ocasiones, como es el caso, tienen un uso un poco más lejano, pero no por ello menos útil, como la seguridad vial.

El disponer de herramientas que miden actividad cerebral, seguimiento de la mirada o ritmo cardíaco, entre otras, con herramientas confortables, inalámbricas y sin que molesten al usuario, permiten estudiar el comportamiento natural de los conductores.

Con cascos NIRS, eye tracking a través de cámaras y pulsómetros, se ha realizado recientemente un trabajo cuyo objetivo es el estudio de la influencia de varios factores en la conducción con una muestra cercana a las dos centenas de conductores. Uno de esos factores es la calidad de la pintura de las líneas centrales de la carretera en personas de diferentes edades que llevan más de una hora conduciendo.

Concluyen los neurocientíficos de este trabajo que el deterioro de la pintura de la carretera no influye ni de día ni de noche en la orientación del conductor respecto a la posición que debe tener en la carretera, aún cuando va solo en la misma. Resultado que era esperado puesto que los conductores con su práctica habitual han aprendido perfectamente a tomar una posición en la carretera sin necesidad de tomar como referencia las líneas.

Sin embargo, éstas sí que tienen influencia en la percepción de cansancio del conductor. Cuanto más deterioradas están las líneas, los conductores en las entrevistas posteriores manifestaban estar más cansados, pese a que los parámetros que miden dicho cansancio son similares a cuando circulan por carreteras con las mismas condiciones de piso pero con líneas perfectamente pintadas y definidas.

De nuevo, otra prueba más, de que nuestras sensaciones están fuertemente influidas por factores externos, hasta tal punto de ser éstos responsables de alterarlas hasta el punto de pensar que nos encontramos en un estado (más cansados) cuando en realidad, los indicadores objetivos que no lo estamos tanto.