Hay muchos estudios que estiman el número de estímulos
publicitarios a los que estamos sometidos cada día. Las cifras varían, pero
todos arrojan unas cifras enormes. Con tal cantidad de ellos es muy complicado
que concretamente uno se quede en la memoria de un potencial cliente.
Es por eso que buscar soportes, canales, formas de llegar al
consumidor donde haya menos saturación se antoja primordial para cualquier agencia
de publicidad. A veces es suficiente con un poco de imaginación, otras se
dedican a estudiar diferentes soportes para estar seguros de si realmente están
poco explotados porque a nadie se les ha ocurrido o porque no tiene impacto
alguno sobre el mercado.
Es el caso de un trabajo de unos colegas norteamericanos, en
el que con EEG, eye-tracking, pulsómetros y galvanómetros, han estudiado la
reacción de una muestra representativa de un mercado de potenciales clientes de
una cadena de talleres de reparación de vehículos, anunciándose en vasos de café.
La agencia que preparó la campaña, “regaló” vasos para
máquinas de vending y para el café para llevar a las cafeterías, con un diseño
muy cuidado hecho por un famoso diseñador gráfico y sin ser el protagonista, el
logo de la cadena en cuestión estaba presente en el mismo.
Los potenciales clientes que no conocían la marca (era una
nueva marca completamente distinta tras una fusión de dos cadenas), dirigía su
mirada acompañada de activación emocional al taller, cuando veía imágenes de
calles en las que alguno de ellos estaba presente.
Aquellos que ya conocían la marca comenzaron a experimentar
una activación emocional mayor al verla después de un mes de estar consumiendo
café en el entorno donde se habían repartido los vasos. Incluso esas personas
cuando comenzó la campaña de lanzamiento en radio y televisión (posterior a
este trabajo), se extrañaban de que sus amigos y conocidos no reconociesen la
nueva marca.
Imaginación y un poco de ciencia para verificar lo que te
dijo la intuición, una combinación ganadora.
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